Ante las próximas elecciones generales, carta abierta a las personas votantes del PP con capacidad y voluntad de reflexión.

 

Foto de Alberto Ortega para Europa Press.


Me dirijo nuevamente a usted, como ya hice unos días después de la DANA en Valencia del pasado 29 de octubre, porque le sigo suponiendo con la misma capacidad y voluntad de reflexionar sobre su voto antes de emitirlo. Y me vuelvo a dirigir a usted ante la certidumbre de que tras las próximas elecciones generales, el Partido Popular no dudará ni un solo segundo en formar un gobierno de coalición con Vox.

Esto es, en mi opinión, un retroceso de graves consecuencias para la inmensa mayoría de los españoles y las españolas, al que me quiero oponer y enfrentar con mis argumentos y apelando a su capacidad y voluntad de reflexión.

Al fin y al cabo, como dijo Aznar, "el que pueda hacer, que haga". Así que yo haré todo lo que esté al alcance de mi mano y con profundo respeto a quien no coincida conmigo, para que Santiago Abascal no sea vicepresidente de España y Alberto Núñez Feijóo no sea su presidente. 

Soy perfectamente consciente que el Gobierno de Coalición de PSOE y Sumar atraviesa un momento enormemente delicado porque la dirección socialista no ha sabido detectar y atajar a tiempo casos muy graves de corrupción. Pero en este tema: a) el PP no está para dar ninguna clase de lecciones, al menos mientras no se sepa quién es emepuntorajoy y se le exijan responsabilidades, b) el PSOE ha reaccionado con contundencia y sin medias tintas, c) no hay sombra de corrupción en Sumar, el otro socio de la coalicion, y d) hay un conjunto de políticas sociales, laborales, energéticas, territoriales, de derechos personales, etc que hay que consolidar y profundizar, y en ningún caso cuestionar, derogar o retroceder.

Así que al lío: ¿Por qué voy a hacer todo lo posible para convencerle de que no vote al PP? ¡¡¡Espero que usted me lo entienda todo y a la primera!!!

Argumento 1.  Porque soy pensionista y quiero mantener el poder adquisitivo de las pensiones e incrementar las pensiones mínimas.

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Argumento 2. Porque creo en el derecho de los trabajadores y las trabajadoras a condiciones salariales y laborales dignas.

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Argumento 3. Porque creo que no hay que bajar la guardia ni un minuto en la lucha por la igualdad plena de hombres y mujeres en todos los ámbitos.

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Argumento 4. Porque quiero que nuestros hijos e hijas, nuestros nietos y nietas, puedan amar plenamente a quien quieran y puedan formar libremente la familia que deseen.

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Argumento 5. Porque allí donde gobiernan, PP y Vox ni tan solo se plantean políticas públicas por el derecho a la vivienda.

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Argumento 6. Porque amar a España es incompatible con despreciar y rechazar las lenguas (¡también españolas y protegidas por la Constitución!) que hablamos un tercio de los y las habitantes de España 

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Argumento 7. Porque no es aceptable en democracia perseguir a nadie por defender pacíficamente sus ideas, aunque éstas incluyan la separación de España.

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Argumento 8. Porque, allí donde gobiernan, PP y Vox son insensibles y despectivos con los más débiles.

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Argumento 9. Porque PP y Vox asumen y defienden los postulados de la extrema derecha de Trump en Estados Unidos, de Netanyahu en Israel, de Milei en Argentina y de todos los gobiernos que amenazan la paz, el derecho internacional y todos los avances sociales.

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Argumento 10. Porque la España de Vox es la España del franquismo y arrastrará siempre que pueda al PP a esa España deleznable.

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Me he permitido esas reflexiones, estos diez argumentos, porque aspiro sinceramente a hacerle reconsiderar su voto. Le invito a valorar los argumentos, e incluso a rebatirlos si lo desea: por eso los he numerado. No dudo de su amor por España y por su lengua mayoritaria, y que ésa pueda ser la motivación principal de su voto. Pero usted ya sabe que no hay una sola manera de amar y le pido una vez más que piense más en las personas que en las banderas y que preste más atención a la gente que apenas llega a final de mes que a los que vociferan en el Congreso o en las tertulias televisivas. Y si finalmente le interesa lo que digo y la forma con que lo digo, en un próximo artículo le expondré mis argumentos para decidir mi voto. 

Muy atentamente, 

 Jordi San José Buenaventura, 

68 años, 

Profesor jubilado, exalcalde de Sant Feliu de Llobregat (BCN)

Comentaris

Juan Bonilla ha dit…
Primera entrada:
¿Por qué no me convencen sus argumentos (ni los de la izquierda, ni los de la derecha)?
Me tomo el tiempo de responder a sus diez argumentos, no porque comparta su visión, sino precisamente porque creo que lo que usted plantea —aunque bien intencionado— parte de una concepción del ciudadano como alguien débil, dependiente, tutelado. Y, sinceramente, esa es una idea que yo no comparto ni acepto.
El problema, en mi opinión, no es si gobierna el PSOE con Sumar o el PP con Vox. El verdadero problema es la idea compartida por ambos bloques de que el poder político tiene derecho a moldear nuestras vidas, intervenir en nuestros bolsillos, regular hasta el más mínimo detalle de nuestra actividad, y a decirnos cómo debemos vivir, hablar, amar o trabajar. Eso es lo que yo rechazo.

Usted me presenta diez argumentos para no votar a la derecha. Yo le presento uno solo para desconfiar de cualquier gobierno: la libertad del ciudadano siempre sufre cuando el poder se acumula.

Aun así, permítame responder brevemente a sus puntos:

1. Porque soy pensionista y quiero mantener el poder adquisitivo de las pensiones.
Lo comprendo. Pero la pregunta no es qué quiere usted, sino quién paga eso, y cómo. Las pensiones no se mantienen con discursos, se sostienen con empleo, con ahorro, con crecimiento real, no con deuda perpetua. La izquierda promete mantenerlas con más impuestos; la derecha con recortes por detrás. Ambos mienten o difieren el problema. La única solución sostenible es una economía libre, productiva, competitiva, y un sistema que no penalice a quien trabaja ni premie la dependencia.

2. Porque creo en el derecho de los trabajadores a condiciones dignas.
También yo. Pero la dignidad no la da una ley ni un ministerio, la da la libertad de poder elegir entre múltiples oportunidades. Un mercado laboral rígido, hiperregulado y controlado por sindicatos anclados en el siglo pasado lo que genera es paro, temporalidad y frustración. La mejor forma de proteger al trabajador es facilitando la creación de empleo y reduciendo los obstáculos para que pueda prosperar por su cuenta si así lo desea.

3. Porque creo en la igualdad plena entre hombres y mujeres.
Por supuesto. Pero no creo que esa igualdad se logre con cuotas, subvenciones, ni creando organismos inútiles que reparten carnés de feminismo. La igualdad es ante la ley, no ante el poder. Las políticas de género que imponen pensamiento único, censuran debates y atacan la presunción de inocencia no protegen a la mujer, la infantilizan y la convierten en excusa para más intervención del Estado.

4. Porque quiero que nuestros hijos puedan amar libremente.
Y pueden. Ya pueden hacerlo. No hay ley en España que impida amar a quien uno quiera. Pero el problema es que el discurso de la izquierda ha evolucionado del “vivan y dejen vivir” al “piensen y hablen como nosotros o serán señalados”. En nombre de la tolerancia, se impone una moral oficial. Yo defiendo la libertad sexual, sí, pero también la libertad de conciencia y de expresión.
Juan Bonilla ha dit…
Segunda entrada:
5. Porque el PP y Vox no hacen políticas por el derecho a la vivienda.
¿Y quién ha hecho algo útil realmente? ¿Qué han conseguido años de regulación, topes de alquileres y control urbanístico? Subidas de precios, inseguridad jurídica y desincentivo a la oferta. La vivienda no se garantiza por decreto, se facilita con seguridad jurídica, libertad de construcción y menos trabas.

6. Porque amar a España es amar también sus lenguas.
Amar una lengua es usarla libremente, no imponerla. Lo que yo rechazo es que se utilice la lengua como herramienta política, no como riqueza cultural. Quiero que cada ciudadano pueda educar a sus hijos en la lengua que quiera sin imposiciones, y eso ocurre en algunas comunidades, no en todas.

7. Porque no es aceptable perseguir a nadie por defender pacíficamente sus ideas.
Completamente de acuerdo. Lo que sí es condenable es violar la ley, saltarse las normas del juego democrático, despreciar el marco legal que todos nos hemos dado. Defender la independencia es legítimo; desobedecer sentencias o usar dinero público para fines partidistas, no.

8. Porque PP y Vox desprecian a los más débiles.
Yo creo que quien más desprecia a los débiles es quien los condena a depender eternamente del Estado en vez de ayudarles a salir adelante. Dar ayudas indiscriminadas, sin exigir responsabilidad ni esfuerzo, puede parecer compasivo, pero perpetúa la pobreza.

9. Porque PP y Vox comparten ideas con Trump, Netanyahu o Milei.
¿Y acaso la izquierda no blanquea a dictaduras como la cubana, la venezolana o el régimen iraní? ¿Dónde estaba su indignación con los pactos con partidos condenados por terrorismo? La política internacional no se puede reducir a buenos y malos según su etiqueta ideológica.

10. Porque Vox representa el franquismo.
Vox representa una parte del electorado cansada del relativismo moral y del sectarismo cultural. Podemos estar en desacuerdo con su tono o sus medidas, pero eso no les convierte en fascistas. La izquierda utiliza el franquismo como espantajo eterno porque prefiere asustar que convencer.

En resumen
Usted apela al miedo. Yo apelo a la libertad.
Usted confía en que un gobierno bien intencionado hará el bien. Yo desconfío de todos, porque sé que el poder tiende a crecer a costa de nuestras libertades.
Sea PP, PSOE, Vox o Sumar, el problema de fondo es que nos tratan como súbditos, no como ciudadanos libres. Nos dan subvenciones, no oportunidades. Nos prometen protección, pero nos quitan autonomía.
Y así, poco a poco, vamos perdiendo no solo nuestros recursos, sino también nuestra responsabilidad y dignidad.

No quiero un Estado que me trate como un niño. Quiero que me dejen vivir, emprender, equivocarme, aprender.
Porque enseñar a pescar es mejor que repartir pescado.
Y ningún gobierno, de ningún color, debería olvidar eso.
Jordi San José ha dit…
Buenos días, señor Bonilla.

Dice que yo apelo al miedo y usted a la libertad. Que parto de la idea que el ciudadano es un ser débil que debe ser tutelado. Que desconfía de todos los gobiernos . Que usted lo fía todo a una economía libre y competitiva que no penalice al que trabaja. Y todo, se supone, para rebatir mi NO a un gobierno de PP con Vox. O sea, para dar su conformidad a un gobierno de PP y Vox. Está en su derecho y no lo voy a descalificar. Tampoco me interesa.

Sí que me interesa, y mucho, apelar al votante del PP que puede reflexionar sobre su voto, que se puede sentir inquieto por ver a Abascal de vicepresidente, por ver al PP abrazar las políticas de Vox, como en el escandaloso (des)Gobierno de la Comunitat Valenciana.

Votantes del PP: les voy a hablar de mi madre y mi suegra, ambas niñas de postguerra. No pudieron ir a la escuela y ambas empezaron a trabajar de niñas hasta que se casaron con veinte años. Después, la casa y los hijos y ningún trabajo remunerado. Nunca han cobrado ni han cotizado ni han podido ahorrar. ¿ Va a venir la derecha, o gente como usted, a hablarles de esfuerzo personal y de responsabilidad individual frente al futuro? ¡¡¡Por favor, un poco de respeto!!! Frente a esa insensibilidad, que se concretó en la desfachatez del incremento de las pensiones en el 0,25% de Mariano Rajoy, el gobierno de izquierdas ha mantenido el poder adquisitivo de todas las pensiones e.incrementsfo las mínimas por encima del IPC. Ser pensionista y votar PP implica o tener mucho dinero y no depender de la pensión, o tener poca cabeza y no atender a razones. No sea usted así, de los que se pegan tiros en el pie votando contra sus propios intereses.

Votantes del PP: ahora les voy a hablar de mi hijo. Trabaja en un hotel, y en diciembre de 2019 se compró un piso, hipoteca mediante. Tres meses después, el coronavirus arrasó con todo. Sus miedos fueron los de millones de españoles: ¿cómo voy a vivir mientras dure esto? ¿cómo voy a pagar mi casa si pierdo el trabajo? ¿ Va a venir la derecha, o gente como usted, a hablarles de esfuerzo personal y de responsabilidad individual frente al futuro? ¡¡¡Por favor, un poco de respeto!!! Afortunadamente, un gobierno entonces de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, prohibió los despidos en ese contexto y estableció los ERTE, los expedientes de regulación temporal del empleo que salvaron millones de empleos. Mientras, PP y Vox vociferando contra el perro Sánchez y escracheando en su propia casa a Pablo Iglesias. Frente a las prioridades sociales concretas del gobierno de coalición, PP y Vox con su matraca de gobierno ilegítimo y de ataques personales a todo trapo. Piénselo bien, si usted vivió con temor por su familia durante la pandemia, si le desagradó el comportamiento entonces de PP y Vox.

Podría seguir con más ejemplos, pero usted, que es inteligente, ya ve mi línea argumental, ya ve lo que quiero decir. En todo caso, ciudadano o ciudadana que piensa con argumentos y no con pulseritas rojigualdas en la muñeca, antes de votar al PP, piense. A quien vota a Vox, no me voy a pedir ese esfuerzo, que no está a su alcance. Usted que puede, simplemente, piense
Juan Bonilla ha dit…
Le agradezco sinceramente por compartir sus experiencias y reflexiones. Sin duda, la situación que describe respecto a su madre, su suegra y su hijo refleja realidades muy difíciles, y comprendo perfectamente el dolor y la preocupación que puede generar ver a un ser querido atravesando circunstancias tan complicadas. La empatía es fundamental en estos temas, y me parece valioso que se preocupe por las personas que más lo necesitan.

Sin embargo, permítame aclarar algo desde el principio: no apoyo a los partidos que menciona, ni al PP ni a Vox. De hecho, no voto en absoluto, porque considero que ninguno de los partidos actuales representa adecuadamente mis principios ni mis preocupaciones como ciudadano. Mi postura es firme en que el sistema político y económico actual necesita una transformación profunda que no se consigue con más intervención estatal ni con las soluciones que ofrecen los partidos tradicionales.

En cuanto a las medidas que menciona, como los ERTE o las pensiones, entiendo que estas ayudas fueron útiles en momentos de necesidad, pero no creo que el camino a largo plazo pase por una dependencia del Estado para subsistir. En mi visión , las personas deben tener las herramientas necesarias para valerse por sí mismas, no vivir del auxilio estatal, por bienintencionadas que sean esas ayudas. En lugar de mantener sistemas que fomentan la dependencia, creo que deberíamos centrarnos en crear un entorno económico que dé libertad a los ciudadanos para crear empleo, emprender y prosperar por sus propios medios, sin estar sujetos a la voluntad de un gobierno.

El principio fundamental que guío mi pensamiento es que la libertad individual debe ser la base de cualquier política pública. Los gobiernos, a mi juicio, no deben ser los "hermanitos de la caridad", sino que deben facilitar el camino para que cada ciudadano tenga las mismas oportunidades de desarrollarse, sin tener que depender de un sistema que impone constantemente soluciones desde el poder.

No comparto la idea de que los partidos políticos, como PP o Vox, sean la respuesta a los problemas que usted menciona. De hecho, mi preocupación es que cualquier opción que acumule poder en manos del Estado, sin un control adecuado y sin una verdadera libertad de los individuos, acaba limitando nuestras opciones y nuestras vidas. En lugar de buscar "soluciones" a través de la intervención política, considero que deberíamos luchar por una sociedad en la que el gobierno garantice la libertad económica, la seguridad jurídica y el acceso a las oportunidades, pero sin la necesidad de que el Estado se convierta en el principal proveedor de soluciones.

Le agradezco una vez más por compartir sus pensamientos, y espero que esta respuesta haya aclarado mi posición. No es una cuestión de descalificar a quienes piensan de manera diferente, sino de poner en evidencia que la solución a los problemas que todos compartimos debe pasar por un respeto profundo a la autonomía individual y a la libertad, por encima de los intereses de los partidos políticos.